Alimentación para cabras

Las raciones unifeed tienen la ventaja de simplificar el manejo. Es una mejora en la mecanización de la alimentación y supone un mezclado homogéneo y equilibrado de todos los nutrientes que necesita una cabra en lactación, al utilizarse como alimento único. Al estar el forraje y concentrado en la misma dieta, conseguimos una mayor eficacia de la flora ruminal evitando fluctuaciones del pH.

Por otro lado, el pienso compuesto es una alternativa excelente para quien disponga de recursos pastables o posibilidad de obtener el forraje en su ámbito cercano. Si la ración de forraje y pienso ofrecido es de calidad y en la cantidad adecuada, conseguiremos un aporte de nutrientes ideales para el buen funcionamiento del rumen y una producción láctea óptima.

En cualquier caso deben considerarse aspectos como las propias instalaciones para el manejo y conservación del alimento, personal, economía, etc. y valorar qué alimentación es la que podría adecuarse a cada granja para sacar el máximo beneficio.

Todo lo contrario, a las cabras hay que aburrirlas, más bien, a su complejo sistema digestivo. Hay que buscar raciones equilibradas y sobre todo no cambiar de alimentación, para garantizar una correcta adaptación y una estabilidad a nivel ruminal.

El factor producción de leche y rendimiento quesero son inversamente proporcionales. A mayor cantidad de leche producida menor será el porcentaje de grasa. La cantidad de grasa y proteína en leche dependerá no solo de los niveles de producción, también hay componentes genéticos, raciales, sanitarios, medioambientales y de alimentación. En cuanto a la alimentación siempre es conveniente mantener raciones equilibradas y bien balanceadas en cuanto a forraje y concentrado. El forraje debe presentarse entre un 50 y un 60% del total de la ración para procurar la producción idónea de ácidos grasos a nivel ruminal.

Dado el poco tiempo que disponemos para el ordeño, no se recomienda el uso de pienso en el amarre. Un consumo rápido del alimento puede provocar una bajada del ph a nivel ruminal. Siendo lo ideal mantener un pH ruminal de 6. Un Ph ruminal por debajo de estos niveles, produce una parálisis en el crecimiento de las bacterias encargadas de digerir la fibra del forraje de la ración. Y esto trae como consecuencia la bajada en la producción de ácido acético, precursor de la grasa de la leche.

Sin embargo, utilizar piensos de punteo está muy instaurado en las granjas de caprino de leche más bien, como ayuda para favorecer el manejo en la entrada de los animales a la sala de ordeño. Hoy en día hay productos muy específicos y equilibrados que permiten un apoyo extra en este momento tan puntual y con los que se consigue mantener la producción de ácido acético y promover incluso un plus de grasa en la leche.